De pie con nuestros vecinos cuando golpean las tormentas

Recientemente, tormentas violentas causaron estragos en el norte de Texas, causando una gran destrucción en toda nuestra área de servicio de 13 condados. Muchos en nuestra comunidad sufrieron daños en sus hogares y negocios, y cientos de miles se quedaron sin electricidad durante varios días. La reparación de estructuras devastadas por la tormenta y la remoción de escombros aún están en proceso, pero algunos de los daños más impactantes no son lo que sucedió afuera, sino dentro de muchas de las casas de nuestros vecinos.
Con el corte de energía, también lo estaban los refrigeradores y congeladores de nuestros vecinos, y los alimentos perecederos solo se conservarán durante un tiempo antes de que se echen a perder y se vuelvan inseguros para comer. Para una familia que sobrevive con un presupuesto limitado, perder todo el contenido de un refrigerador y congelador puede ser devastador. El suministro familiar de proteínas, frutas y verduras, todo perdido en cuestión de días. Después de la tormenta, los vecinos sin electricidad probablemente sobrevivieron con artículos de sus gabinetes y despensas. Estos artículos no perecederos también deben reponerse.
Para casi cualquier persona, reabastecer un refrigerador, un congelador y una despensa tiene un costo financiero. Ahora considere que los vecinos que padecen inseguridad alimentaria ya tienen una carga financiera. Combine esta realidad con el hecho de que los alimentos que tienen un alto valor nutricional suelen ser más caros, pero pueden ser menos accesibles para los vecinos que residen en áreas de gran necesidad. Estas comunidades a menudo carecen de tiendas de comestibles tradicionales o requieren algunos viajes para llegar, lo que puede ser difícil para los vecinos con movilidad limitada. Por estas razones, los vecinos que padecen inseguridad alimentaria a menudo compran alimentos que son económicos y probablemente aportan poco valor nutricional.
Las tormentas recientes que azotaron el norte de Texas brindaron una oportunidad para comprender mejor y enfatizar la dura realidad de que la crisis afecta a nuestra comunidad en grados muy diferentes. Esta instancia ofrece una instantánea de la espiral que puede ocurrir cuando una familia con inseguridad alimentaria se enfrenta a una confusión inesperada. Cuando los vecinos deben priorizar y decidir rápidamente qué es lo más crítico: comprar alimentos, pagar los servicios públicos o los medicamentos, o gasolina para un viaje al trabajo o la escuela.
Independientemente de la causa o circunstancia, el Banco de Alimentos del Norte de Texas está preparado para brindar acceso a alimentos nutritivos a todos nuestros vecinos hambrientos. El año pasado, nuestro equipo brindó una respuesta rápida luego de eventos imprevistos que resultaron en una mayor necesidad de asistencia alimentaria. No solo nosotros, junto con nuestra vasta red de agencias de alimentación asociadas, podemos brindar acceso a asistencia alimentaria, sino que brindar acceso a alimentos nutritivos es una prioridad absoluta.
En los próximos meses, el Banco de Alimentos celebrará nuestro primer aniversario de la apertura del nuevo campus familiar de Perot. Entre muchas innovaciones y mejoras nuevas, esta instalación ha fortalecido nuestra capacidad para brindar un alivio rápido cuando sea necesario. A todos nuestros vecinos hambrientos que reparan sus hogares dañados por la tormenta y reabastecen sus refrigeradores y congeladores: el Banco de Alimentos del Norte de Texas está a su lado. A todos nuestros vecinos que nos apoyan y nos ayudan a proporcionar alimentos nutritivos a nuestros vecinos, gracias. Con su apoyo, cuando ocurra la próxima tormenta o tragedia, estaremos listos y preparados para alimentar a nuestros vecinos hambrientos.
Con gratitud,
Trisha
Presidente y director ejecutivo, North Texas Food Bank
Trisha Cunningham, Presidente y director ejecutivo
Trisha Cunningham es presidenta y directora ejecutiva del North Texas Food Bank (NTFB) y lidera la lucha contra el hambre en el norte de Texas. Trisha y su equipo de 170 empleados y 40,000 voluntarios trabajan con más de 230 agencias asociadas para brindar acceso a casi 72 millones de comidas al año. Durante más de 30 años, Trisha ha servido a su comunidad en diversas capacidades, más recientemente como directora de ciudadanía en Texas Instruments (TI). Su compromiso de alimentar a sus vecinos es evidente en su vasta participación cívica, y cuando no ofrece su tiempo como voluntaria en la comunidad, se la puede encontrar con su esposo Greg y sus dos hijos, Chris y Carrie.